EL
ROBO
(Pescetti,
Luis María)
– No sé, Natacha,
buscálo.
– ¡No, mamá! ¡Se perdió, ayudáme por favor!
– Natacha, estoy
terminando un trabajo, buscálo vos.
– ¡Mamá!
–… (Adiós
concentración).
– ¡Mamá, por favor ayudáme se robaron al Rafles!
– Natacha ¿me querés
decir quién se va a querer robar a ese perro?
– ¡Un ladrón mamá! ¿¡Quién va a ser!?
– Natacha, ni el más
tonto de los ladrones querría robarse al Rafles.
–… (Mira por la ventana) ¡Mamá!
–
No-gri-tes-Na-ta-cha-por-fa-vor.
– ¡Vi que un coche daba la vuelta a la cuadra! ¡Son los que robaron al Rafles, mami!
– Nadie se llevó a
Rafles. Dejáme terminar este trabajo por-fa-vor.
– (snif snif)… a vos te importa más terminar tu trabajo que salvar al Rafles.
–… (Se agarra la
cabeza).
– ¡¡¡Buuaaaaaaahhhhh!!!
– Bueno, vamos a
buscarlo por la casa.
– ¡No, mamá! ¿¡Y si se lo robaron y estamos perdiendo tiempo!? ¡Hay que llamar a la policía!
– Natacha, por favor…
no hagas escándalo y ayudáme a buscarlo.
– Yo empiezo por la heladera. ¡No, mejor llamo a la policía!
– ¡Ni busques dentro
de la heladera ni llames a la policía!
–… (Marca en el teléfono)
– ¡Natacha! ¿¡Qué hace
este hueso de pollo en el sillón de tu cuarto!?
– ¡Mamá, cuando los ladrones se llevaron al Rafles no le dieron tiempo de ordenar el cuarto!
– ¿Vos dejas que el
perro coma en tu sillón?
– Si se porta mal no.
– ¡¿Cómo si se porta
mal?! ¡Nunca tiene que comer en el sillón! Está hecho un asco.
– Mamá ¡No sé el número de la policía!
– Por suerte, ayudáme
a buscar.
–… (Marca) ¿Hola? ¿Pati? ¡¡¡Se robaron al Rafles dame el número de la policía es urgente!!!
– ¡Natacha dejá de
alarmar y ayudáme a buscar!
– ¡Bueno, entonces preguntáselo a tu mamá! ¡Pero corré, Pati! ¡¡¡Daleee!!!
– Natacha, acá está el
perro durmiendo debajo de tu cama. ¡ … ! ¡Con mi pantalón verde! ¡Lo mato!
– ¿Hola, señora?
–… (Corre al teléfono)
Dámelo, Natacha, hola ¿Carmen? ¿Qué tal? Sí, disculpa la alarma de desastre
mundial… No, el perro está durmiendo debajo de la cama ¡con un pantalón mío que
adoraba! Sí… bueno, chau, después nos hablamos.
– Mami, ¿viste qué lindo que duerme el Rafles?
–… (Silencio).
– Tenemos que comprarle una cunita ¿no, mami?
–… (Silencio silencio
silencio).
FIN
(En Natacha. Buenos Aires. Editorial Alfaguara, 2008).
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